Todo empezó cuando Sherlock y yo visitamos el Banco. Fuimos llamados por un viejo amigo de él. El hombre era un banquero y mucho de lo que se espera de un banquero. Alguien había entrado en sus oficinas y pintado un graffiti en una pintura. Pensarías, que no hay nada interesante al respecto. Excepto que quien fuera que lo hizo, no se muestra en ninguna de las cámaras de vigilancia (CCTV Circuito Cerrado de Televisión). Las oficinas del banco son como el Fuerte Knox (Base militar de Estados Unidos), pero no había nada. Ninguna señal de quien lo había hecho.
Sherlock se dio cuenta que teníamos
que hablar con uno de los banqueros, *******. Así que fuimos a su departamento,
pero él ya estaba muerto. Parecía suicidio, pero por supuesto, no lo era. El
graffiti en el banco había sido una advertencia. Una amenaza de muerte. La
policía aún pensaba que había sido un suicidio y tuve que admitir… bueno, era
un cuarto cerrado. Un hombre muerto. El arma en su mano. Sí se veía como un
suicidio.
Pero Sherlock, por supuesto, había
notado de cada cosa en el departamento que, ****** era zurdo y que el arma
estaba en su mano derecha. Dijo que estaba impresionado de que no lo hubiéramos
notado antes. Lo triste es que, él de verdad lo estaba. Ese tipo de cosas le
son tan fáciles.
Entonces, casi como una confirmación
de lo que Sherlock estaba diciendo era verdad, hubo otro homicidio. Un
periodista. También estaba encerrado en un cuarto. Seguramente él también pensó
que estaba a salvo de quien lo mató. Teníamos que encontrar la conexión entre
los dos hombres. Sherlock resolvió que el graffiti era como un código antiguo.
Así que fuimos a ver a un “amigo” de él. Creo que el término correcto es
“delincuente”. Lo llame de otras formas peores.
Para no hacer el cuento largo, me
encontré en la estación de policía, leyendo el diario de ** ***. Lo que nos guió a un emporio chino en la avenida Shaftesbury. Era una tienda llena de chácharas
y conseguimos lo que queríamos… las marcas de graffiti eran números. Antiguos números
chinos. Sherlock notó que nadie había estado en el departamento arriba de la
tienda por varios días… y que la ventana estaba abierta. Así que por supuesto,
teníamos que entrar y a mí me dejó afuera esperando, mientras él exploraba.
Resultó que el departamento pertenecía a una mujer que trabajaba en un museo.
Por ahora, debo admitir que estaba bastante confundido. Todas esas personas que
parecían estar conectadas al azar. Nuestra visita al banco parecía estar a una
vida de distancia.
La mujer del museo, Soo Lin, era
realmente brillante. Se estaba escondiendo en el museo, temiendo por su vida.
Se escondía ahí, así ella podía seguir cuidando de unas antiguas teteras
chinas. Era igual absurdo como extrañamente hermoso. Creo que incluso Sherlock
estaba impresionado con ella. Nos habló sobre esta gran operación de
contrabando y de un asesino enviado para matar a aquellos que habían traicionado a
la organización. Que es lo que había pasado con el banquero y el periodista.
Y que es lo que después le pasó a
ella.
Resolvimos que la red de contrabando
estaba traficando con antigüedades chinas. Ambos, el banquero y el periodista
eran capaces de traer las antigüedades al Reino Unido porque viajaban mucho y
la red de contrabando había contactado a la mujer porque era una experta en
esas cosas. Encontramos dónde las estaban vendiendo, lo que habían robado, pero
aún así necesitábamos resolver lo que el código significaba. Nos dimos cuenta
que los números eran referencias a libros. Cada pedazo del código indicaba
cierta página en los libros. El problema era resolver en qué libro. Se
necesitaba un libro que cualquiera tendría.
Y, mientras tanto, me fui a una cita.
Había conocido a alguien. Se llama Sarah y es genial. Sherlock me dio boletos
para el circo para que pudiera llevarla. Solo que, claro, él también se invitó.
Mi primera cita con Sarah y ya teníamos
al detective loco ahí. Como que me imagine que las cosas no irían bien. Y
claro, un momento Sherlock estaba parado junto a nosotros y al siguiente ya
estaba peleando con un loco asesino en el escenario. Por suerte a Sarah no le importó
ayudarme a ayudarlo. Salvamos su vida y regresamos al departamento. Y Sherlock
fue, como siempre, grosero y arrogante, ignorando a Sarah. Hasta que ella notó que Soo Lin ya había traducido parte del código. Sherlock salió rápido a hacer
solo Dios sabe qué cosa, dejándonos a Sarah y a mí para ser secuestrados. Esa
cita de verdad no había ido nada bien.
Nos encontramos amarrados y a punta
de pistola por una cantante de ópera y sus asesinos. Mi primera preocupación
era Sarah, por supuesto. Ella no había estado de acuerdo con esto, con nada de
esto. Y, claro, la gran ironía era que ni siquiera me querían a mí. Me
confundieron con Sherlock. Iban a matar a Sarah porque pensaron que yo era
Sherlock Holmes.
Sherlock nos encontró y encontramos
la forma de escapar y cerrar la operación. Resulta que estaban buscando un
prendedor de cabello. ¡Toda esa locura y esas muertes por un prendedor de
cabello! Un prendedor de una emperatriz, pero aun así solo un prendedor de
cabello. Incluso Sherlock sabía dónde estaba, lo había visto antes. Y eso es
todo. Caso cerrado. En un par de días encontramos asesinos chinos, asesinos
cantantes de ópera, códigos secretos, mensajes secretos en el libro “A a la Z
de Londres”, contrabandistas y Dios sabe que más. Incluso conocí a una hermosa
mujer. Todo fue muy a la James Bond.
No puedo negar que prefiero este tipo
de vida. Ser un civil no me queda, pero la cosa es, esta vida que he escogido
no es segura. Sherlock ha decidido ser detective asesor y yo he escogido ser
su colega. Se está haciendo conocido. La gente sabe de él. Es como el conductor
del taxi que dijo que el tal Moriarty sabía de él. Luego la cantante de ópera que sabía
todo sobre él. ¿Cuánto tardara para que alguien más venga por él? ¿Y qué pasara
con la gente como Sarah o la Señora Hudson cuando eso ocurra?
Toda esa gente que él envuelve en sus
aventuras… no están seguras. No estamos seguros. Hay fuerzas afuera y vienen
por Sherlock Holmes.
3 Comentarios
Bill Murray - 28 de marzo:
¡¿Andas en drogas?!
¡No entendí una palabra!
Fue una locura confusa y brillante. Todas esas personas y lugares a través de la ciudad, estaban ligadas a esa red de contrabando y hace que te preguntes qué más hay allá afuera. ¿Quién es la persona sentada a tu lado? ¿En qué anda?
Sherlock Holmes - 28 de marzo:
John, esto es aterrador. Todo es “¡y
corrimos aquí y luego corrimos allá!” Y ¡fue un código! ¿Qué hay del análisis, John? ¡El análisis! ¿Cómo funcionó? ¿Cómo
supe a dónde ir? Y respecto a “todas
esas personas que envuelve en sus aventuras…” ¿mis qué? Lo siento, no sabía que
era un personaje en un cuento de niños.
John Watson - 28 de marzo:
Bueno… eres muy infantil, así que, si
te queda el saco…
Sherlock Holmes - 28 de marzo:
También, por favor nota que las frases
pueden finalizar en punto y aparte. Estás usando en exceso el signo de admiración.
Harry Watson - 28 de marzo:
¡Consíganse un cuarto! LOL!
el improbable - 28 de marzo:
no deberías hablarle así a sherlock holmes así. él es mil veces más hombre de lo que tú serás nunca
Harry Watson - 28 de marzo:
En serio, eres rarísimo.
Molly Hopper - 28 de marzo:
John, mi nuevo amigo Jim dice que
todos hacemos nuestras propias decisiones en la vida. No creo que debas preocuparte
mucho por los demás. ¿Ya te conté de mi nuevo amigo Jim?
John Watson - 28 de marzo:
Acabo de leer tu blog. Él parece ser
muy… dulce.
Molly Hopper - 28 de marzo:
Lo es.
Mary Turner - 28 de marzo:
Si lava su propia ropa en lugar de
esperar que su casera lo haga por él, entonces es perfecto.
Mary Turner - 28 de marzo:
Soy yo. La señora Hudson.
Mike Stamford - 28 de marzo:
¡Bravo otra vez, John!
Anónimo - 28 de marzo:
Oh sí. Bravo.
Barry Berwick - 28 de marzo:
¿CÓMO HABLO CON ESTE INDIVIDUO,
SHERLOCK? NECESITO SU AYUDA
John Watson - 28 de marzo:
Contáctalo en su página de internet La Ciencia de la Deducción
Harry Watson - 28 de marzo:
¡Ooh! ¡Un nuevo caso! ¡¿Y cuando
puedo ir a visitarte?!
John Watson - 28 de marzo:
Estoy un poco ocupado por el momento,
pero estoy seguro que pronto iremos por unos tragos.
Sherlock Holmes - 28 de marzo:
¡John! ¡Necesito que me reserves unos
boletos de avión! ¡Voy a ir a Minsk!