16 marzo, 2012

Los Sabuesos de Baskerville


Nunca me habia sentido tan feliz de ver a alguien como cuando ví a Henry Knight. Sherlock había estado aburrido. Y créanme, no quieren andar a su alrededor cuando está aburrido. Es hiperactivo, grosero, arrogante y un verdadero dolor en el trasero.

Sí, lo sé, el mismo viejo Sherlock.


Henry era un chico de apariencia normal de casi treinta años, estaba claramente ansioso cuando llegó a Baker Street. Nos dijo cómo, veinte años atrás, su padre había muerto. Nos dijo como su padre había sido destrozado por el Diablo.

Habían salido a caminar en Darmoor cuando fueron atacados. Algún tipo de monstruo -grande, negro con destellantes ojos rojos - había matado a su padre en frente de él. Aparentemente esto sucedió cerca de Baskerville, la planta de investigación del Gobierno.
Sherlock supo que algo debió haber pasado la noche anterior que hizo que 
de repente Henry pidiera ayuda esa mañana. Henry dijo que su terapista, la Doctora Louise Mortimer, había sugerido que volviera a visitar el lugar del ataque para poner a descansar a sus fantasmas. 

Henry lo hizo y para su horror, descubrió algunas huellas de pisadas. Huellas de pisadas que parecía habían sido hechas por lo que el llamó, un "gigantesco sabueso". Había habido rumores de que se habían hecho experimentos con animales en la planta de Baskerville desde la Segunda Guerra Mundial. Así que Sherlock tomó el caso y entonces nos dirigimos al obscuro, profundo Devon. 

Nuestra primera parada fue el pub local. Ahí encontramos a un tipo que dirige caminatas por el páramo. El juraba que conoció a un hombre del Ministerio de Defensa que alguna vez dijo que había visto animales gigantes en una planta de investigación del gobierno -ratas tan grandes como perros y perros tan grandes como caballos. No era exactamente evidencia irrefutable pero las señas parecían apuntar a la planta de Baskerville. Sherlock se había apropiado de una identificación y pudimos escabullirnos dentro. De nuevo, a causa del acta de Secretos oficiales, no puedo decir mucho de lo que vimos ahí y de lo que se hace ahí, pero conocimos a la Doctora Jacqui Stapleton y el fastidioso y alegre Doctor Bob Frankland. Sherlock se dio cuenta de que Stapleton era la madre de una niñita que le había escrito acerca de su conejo fosforescente extraviado.

Fuimos a ver a Henry a su casa, donde nos dijo que había recordado algo más acerca de la noche en que su padre murió - dos palabras: Liberty e In. Entonces Sherlock anunció su siguiente movida -llevaríamos a Henry al páramo esa noche para ver si algo más lo atacaba.
No sé quien estaba más preocupado por esto, yo o Henry. 


Resulta que ambos teníamos razón en estar preocupados. Esa noche, escuché al sabueso. Bueno, escuché algo. El lugar estaba tan desolado y sombrío pero yo estaba seguro de que mi mente no estaba jugándome trucos. Pero se puso peor -Sherlock y Henry lo vieron. Sherlock lo negó al principió, pero finalmente admitió en el pub que lo había visto. Nunca lo había visto tan sobresaltado, tan asustado. El estaba realmente aterrado. Nos separamos y fui a entrevistar a Louise Mortimer, la terapista de Henry. Ella comenzó a abrirse conmigo cuando Frankland llegó, interrumpiéndonos. Y las cosas no estuvieron bien. 

A la mañana siguiente, me encontré con Sherlock y discutimos sobre la noche anterior. Él admitió que lo peor que había sentido, además de miedo, era la duda. El nunca había dudado de sí mismo antes y simplemente no podía entender cómo es que había visto lo que había visto. Afortunadamente, yo ya había visto una pista. Un recibo de carne en del hotel y restaurante vegetariano en el que estábamos hospedados. Cuando los confrontamos, los dueños admitieron que habían comprado un perro para tener ganancias en con el creciente arribo de turistas, pero que habían tenido que dormirlo hacía un tiempo. Ciertamente no era el que Sherlock había visto la noche anterior.


Y por lo tanto, no era ciertamente el que yo estaba a punto de ver.


Regresamos a la base para hablar con el doctor Stapleton. Sin embargo, antes de reunirnos con ella, Sherlock me envió a buscar a cualquier señal de este "monstruo", así que comencé en el laboratorio principal. Y yo estaba atrapado cuando eso vino por mi. Podía oírlo... Y entonces lo vi... He pasado por algunas experiencias aterradoras en mi vida, pero esa fue una de las peores. Algo que simplemente parecía tan increíble y tan imparable... Esos ojos...

Y entonces Sherlock me rescató y me reveló que había sido drogado . Vi al perro porque eso es lo que yo esperaba ver. Obviamente, como médico, he visto los efectos de una serie de diferentes drogas, pero esto ... yo no acababa de ver al perro simplemente. Yo lo había oído. Yo lo había sentido acercarse. Yo había sentido el miedo dentro de mi. 

Nos encontramos con Stapleton de nuevo y, en su laboratorio, Sherlock examinó un poco del azúcar de la casa de Henry. Se había dado cuenta de que tanto él como Henry tomaron azúcar en su café, lo cual explicaría por qué ellos habían visto al sabueso la noche anterior y yo no. Y eso también explicaba por qué Sherlock me había hecho café esa mañana y le había puesto azúcar. Él me había utilizado como un experimento. Un día, voy a matarlo.

Había una cosa que había molestado a Sherlock desde el principio y era el uso de Henry de la palabra ' sabueso '. Era una palabra extraña, a la antigua. Se preguntó si se trataba de otra pieza de su memoria tratando de abrirse paso y si era en realidad un acrónimo que había visto. Usando las computadoras del laboratorio , nos las arreglamos para descubrir la existencia de un viejo proyecto científico, conocido, de hecho como S.A.B.U.E.S.O. El proyecto había sido diseñar y desarrollar un arma que pudiera crear miedo en el enemigo. Se había cerrado cuando se dieron cuenta de que la exposición prolongada había causado que las personas perdieran la razón. ¿Y dónde se había desarrollado el proyecto? Liberty, Indiana. Liberty. In. ¡Henry había estado recordando cosas!

Entonces, su terapeuta, Louise, llamó. Henry había enloquecido. Le había apuntado con un arma y huyó. Ella estaba bien, pero tenía miedo de lo que él pudiera hacer a sí mismo. Regresamos a los páramos , hasta el lugar donde el padre de Henry había sido asesinado y allí estaba él. Estaba a punto de matarse. Su mente no podía lidiar a toda la información contradictoria - lo que él recordaba, lo que él creía recordar, todo. Sherlock sabía que había empezado a recordar que en realidad un hombre había matado a su padre y no un monstruo. Al haber sido testigo de esto cuando niño, él había tratado de racionalizarlo en algo diferente. Él había creado al sabueso de varias imágenes que había visto - el hombre enloquecido y el acrónimo que el asesino de su padre llevaba en la sudadera. S.A.B.U.E.S.O.

Y entonces, todos vimos al sabueso de nuevo. Venía por nosotros. Yo sabía, razoné que no era real, que solamente estaba viendo cosas, pero estaba ahí... Venía por nosotros ...

Y también el hombre detrás de todo. El doctor Frankland. Llevaba una máscara de gas, lo que le dijo Sherlock lo que necesitaba saber - el veneno , el arma que S.A.B.U.E.S.O. había creado no habían estado en el azúcar. ¡Estaba en la niebla! Estábamos en un campo de minas química. Mientras que el perro se preparaba para atacar, le disparamos y vimos que sólo se trataba de un perro. Y entonces Sherlock hizo una de las cosas más humanas, que creo le he visto hacer - hizo que Henry mira el cuerpo del perro. No necesitaba hacerlo, había resuelto el caso, pero era como si supiera que lo verdaderamente importante era mostrarle a Henry lo que era real y lo que no lo era. ¿Tal vez el miedo y la duda que él había sentido, y tal vez de sus experiencias con Irene Adler lo habían humanizado ?

Por supuesto, de inmediato comenzó a alardear en frente de Henry sobre lo fantástico que había sido el caso y me di cuenta que no había cambiado tanto.

Y más tarde, me di cuenta de algo más. Sherlock había pensado al principio que el veneno estaba en el azúcar. Había estado convencido. Sherlock había cometido un error.

Sólo es humano, después de todo.


9 comentarios


Sherlock Holmes - 16 de marzo
¿Henry era "un chico de apariencia normal"? En serio, John, ¡deberías convertirte en autor profesional!

Harry Watson - 16 de marzo¡¡Suena aterrador!!


Bill Murray - 16 de marzo

¡Suena como si el ladrido del perro fuera peor que su mordida!


Jacob Sowersby - 16 de marzo
JAJAJA


Mike Stamford - 16 de marzo
¡Ciertamente siento pulgas de sólo pensarlo!

Jacob Sowersby - 16 de marzo
JAJAJA

Sherlock Holmes - 16 de marzo
Paren ahora 

Bill Murray - 16 de marzo
Seguramente es solo una historia de un perro peludo.

Sherlock Holmes - 16 de marzo
John: pásame mi pistola