19 diciembre, 2011

Los Seis Thatchers


Me llevé a Sherlock a las compras de Navidad, que, ahora que lo recuerdo, no fue la mejor de las ideas. Le había gritado a un Papá Noel que estaba aburrido y quería un buen y jugoso asesinato para Navidad -frente de un grupo de niños y sus padres. Escoltado de regreso al departamento por la policía, nos encontramos a una estudiante, Sally Barnicot, esperándonos.

Después de que Sherlock se las arregló para insultarla por su apariencia y la forma en que estaba vestida, ella nos dijo acerca de un asesinato que había tenido lugar en su universidad. Habían encontrado a Pietro Venucci, un estudiante de arte y el mejor amigo de Sally, apuñalado en la sala de cerámica. Su novio, Beppo Rovito, fue descubierto junto al cuerpo y le dijo a la policía que él sólo lo había descubierto. Una ventana rota parecía confirmar que alguien había entrado y ya que no había un cuchillo en Beppo o en la sala, lo dejaron en libertad. Sally estaba convencida de que Beppo lo hizo pues él y Pedro había tenido una relación ardiente. No hacía falta ser Sherlock Holmes para saber que ella también había estado enamorada de Pietro. Sherlock se fue de inmediato al internet y se emocionó al descubrir que había habido una serie de robos en casas pertenecientes a un par de estudiantes, un profesor y un amigo de la víctima. El ya había, por supuesto, resuelto todo.

Sherlock me pidió, o más bien me ordenó, que fuera a la universidad, pretendiendo ser un curador de la Galería Hickman. Le dije al profesor de arte, Horace Harker, que estaba interesado en exhibir el trabajo de algunos estudiantes -especialmente piezas de escultura. Naturalmente, el asesinato surgió en la conversación y le preguntó si la víctima había estado trabajando en algo en particular, ya que podía exhibirlo como un buen homenaje. Harker dijo que Pietro había hecho seis figuras de cerámica de Maggie Thatcher antes de morir. Eran como esos que se ven de la princesa Diana anunciándose en las revistas, sólo que tenían cuernos de diablo. Esto fue sátira, al parecer. Harker me dijo con tristeza que se habían llevado las figuras.

Fuimos a visitar a las personas que habían sufrido un robo y resulta que todos ellos habían comprado una de las figuras de Thatcher. Nada más se habían robado durante los allanamientos que, de nuevo, era lo que Sherlock había esperado oír. Encontramos las direcciones de las personas que poseían las dos figuras restantes y las contactamos. Esa noche, tomé una dirección y Sherlock otra.

Me senté allí, en la oscuridad y esperé. Entonces, al oír el sonido de una ventana rompiéndose, me escondí. Vi como Beppo entró y encontró la figura de la repisa de la chimenea. Lo seguí fuera y llamé a Sherlock para que se uniera. Lo seguimos hasta un puente y vimos como estrelló la figura contra el suelo. Algo había dentro que él recogió, dispuesto a tirarlo al río. Antes de que pudiera hacerlo, lo detuvimos y encontramos que él sostenía una navaja con sus iniciales.

Sabiendo que todo había terminado, confesó inmediatamente. Él y Pietro había tenido una discusión y, en la lucha, Beppo lo había apuñalado. Había visto que las figuras estaban a punto de entrar en el horno y el había clavado el cuchillo en la arcilla. Entonces rompió una ventana para aparentar que había sido un robo.

Yo pensé que lo que había hecho era bastante inteligente, pero Sherlock lo describió como decepcionantemente simple. El día siguiente se pasó tanto tiempo hablando sobre qué hubiera hecho él para salirse con la suya que me fui al bar y lo dejé hablando con un pavo congelado .
Oh , y él sigue recibiendo esos textos.



2 comentarios

el improbable - 19 de diciembre
decepcionantemente simple

Jacob Sowersby - 19 de diciembre
¡¡Brilliante!!